¿Pero cómo se puede perdonar a alguien que te ha engañado, traicionado desvalorizado o maltratado? Seguro que si a un padre le matan a un hijo no podría perdonar a su verdugo e irse a tomar un café con él, pero hay situaciones cotidianas menos graves, como traiciones, mentiras, desvalorización, abandonos que son más fáciles de perdonar que esto.
Lo primero que hay que saber para aprender a perdonar es que atraemos circunstancias o personas en base a nuestras creencias, programas heredados de nuestros antepasados, creencias adquiridas en vivencias de esta vida, o vivencias de vidas pasadas.
Es posible que si en otra vida hayas violado, te violen en esta. O que si a algún antepasado le robaron, tengas miedo a que te roben o no quieras tener dinero. Si crees que la calle es peligrosa acabarás atrayendo un robo, es posible todo esto.
Entonces la persona que te agrede se porta así porque tú has pedido al universo que te venga alguien que materialice tu creencia y te dé la razón, y así poder decir ¿ves cómo tenia razón? Partiendo de esto, ¿quién es la verdadera víctima? ¿A quién hay que pedir perdón realmente?
En realidad tienes que pedirte perdón a ti, por haber tenido pensamientos o creencias que acabaran materializando esto. Si no tienes una mente que piense así, es posible que nunca consigas perdonar por mucho que te esfuerces.
La gente sólo te hace el daño que te dejas hacer.
Si tienes una pareja que pasa de ti, es porque tú permites que te haga eso. Si a la primera le hubieras dejado, puede que se lo hiciera a otra, pero no a ti. Entonces, ¿quién es el causante de tu dolor? Ya sé que es más fácil culpar a los demás, pero si no nos dejamos avasallar, se lo harán a otros el daño, no a nosotros.
Perdonar no significa tener que seguir aguantando.
Mucha gente piensa que perdonar es tener que aguantar carros y carretas: insultos, maltratos, infidelidades y demás. Cuando perdonas, significa que te has liberado de los insultos de tu padre, por ejemplo, y que ya no necesitas tenerla en tu vida. Eso quiere decir que puedes dejar de ver a tu padre para siempre pero cuando te acuerdes de él no sentirás rabia ni odio. Puedes apartar ciertas personas de tu vida que te hieren aunque las perdones.
¿Por qué no queremos perdonar?
La mayoría de la gente coincide en que no quieren perdonar porque no se pueden ir sin su merecido. Para estas personas perdonar es un sacrificio, ya que lo ven cómo que el otro entonces se iría de rositas sin recibir su merecido. Pero muchas veces no perdonamos para que el otro se sienta herido, y lo que suele ocurrir es que esta persona ni se entera de que le odiamos y no le vamos a perdonar nunca jamás lo que nos hizo. A estas personas les suele dar igual y siguen haciendo su vida, y lo más triste es que el que no perdona además de estar mal puede desarrollar enfermedades propias de la falta de perdón, como el cáncer.
Quien te hizo daño no merece tu atención
Deberíamos perdonar sólo por el hecho de estar bien de salud, para no enfermarnos física y emocionalmente. Además, ¿crees de veras que esa persona merece tu atención y que pierdas energía en ella cuando podrías estar haciendo algo más práctico? No lo creo. Como dijo un sabio, perdonamos para estar bien con nosotros, no con los demás.
El perdón te da lecciones
Si le sacas el lado bueno a la situación que quieres perdonar, podrás darte cuenta de que gracias a ese que te desvalorizó ya sabes identificar a quien te desvalorice y quitártelo a tiempo de tu vida, o cómo identificar a un hombre infiel antes de que te vuelvas a enamorar y sufras de nuevo.
¿Cómo saber que hemos perdonado?
Muy fácil, sabemos que hemos perdonado cuando nos acordamos de esa persona y ya no tenemos ningún sentimiento de odio, rabia, ira y no nos encontramos mal física ni mentalmente.
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