La primera norma para seducir a otra persona y disfrutar del amor pasional, es que nosotras mismas sintamos la sensualidad que deseamos transmitir y compartir con el ser amado. Y no creas que esa sensualidad es algo totalmente exterior y físico. Por el contrario, es una sensación que debe brotar de lo más hondo de tu ser, de tu mente y de tu corazón.
De nada te valdrán las prendas atrevidas o los gestos provocativos si no llevas en tu interior el aliento de la pasión auténtica y profunda.
En una maceta pequeña de barro o cerámica, vierte un poco de tierra y un puñado de sal marina gruesa, revuelve con los dedos de la mano izquierda para que se mezcle bien. Para seguir con este Conjuro de la Tierra para la Sensualidad, puedes agregar unas semillas de naranja o mandarina, especialmente si no brilla el sol. Luego introduce una vela naranja en el centro de la maceta, hundiendola hasta el fondo para intensificar el contacto con la tierra y la sal, a continuación la enciendes, con cerillas, siempre cerillas. Coge una rosa roja y comienza a deshojarla, distribuyendo los pétalos alrededor de la vela encendida, mientras recitas el siguiente Conjuro de la Tierra para la Sensualidad: “Tierra poderosa, magia de la Sal, haced que me sienta ardiente y sensual”
No dejes de repetir el conjuro una y otra vez, con gran concentración, hasta haber deshojado toda la rosa.
Por último y para cerrar el Conjuro de la Tierra para la Sensualidad, lleva la maceta con la vela encendida a tu habitación, y déjala allí hasta que la llama se apague por sí sola al llegar la mecha a la tierra.
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